Museo Cerralbo

La majestuosa decoración del Museo Cerralbo conservada a la perfección compone un espacio en el que el tiempo parece haberse detenido para mostrar a sus visitantes la forma de vida de una familia aristocrática del siglo XIX.

Colección

Considerada una de las colecciones privadas más importantes y completas de España, la colección del Museo Cerralbo está formada por más de 50.000 piezas que incluyen pinturas, esculturas, tapices, muebles, monedas, relojes, armas, piezas arqueológicas y un sinfín de objetos que el Marqués de Cerralbo y su familia reunieron a lo largo de su vida.

Un paseo por el palacete

El Museo Cerralbo es un espacio singular, ideal para conocer la forma de vida de la aristocracia madrileña de finales del siglo XIX, ya que se trata de uno de los pocos casos en los que se conserva la ambientación original de la vivienda para que sus visitantes puedan contemplar el esplendor de la época.

Nada más entrar, el amplio portal y la imponente escalera de mármol dan la bienvenida a sus visitantes.

Planta principal

Con una decoración suntuosa que pretendía reflejar la posición social de sus propietarios, la planta principal de la vivienda es el mayor de los tesoros del palacete, ya que estaba dedicada a las recepciones, fiestas y bailes y aún conserva su decoración original prácticamente intacta.

En esta planta se pueden ver, decorados a la perfección, el comedor de gala, la armería, el despacho, la biblioteca, la sala de baño, que hacía alarde de las instalaciones de agua corriente (algo poco común en la época), o el salón de baile, testigo de numerosas celebraciones.

Entreplanta

Esta zona con salida al jardín, donde tenía lugar la vida diaria de la familia, no conserva su decoración original, por lo que es una zona algo menos interesante, pero en ella se pueden ver diferentes exposiciones.

Ideal para todos los públicos

El Museo Cerralbo, aunque no tan conocido como otros de la capital, es una auténtica joya no solo en cuanto su contenido, ya que resulta un auténtico placer pasear por sus diferentes estancias decoradas como antaño mientras se deja volar la imaginación.